EL LINFOMA HODGKIN Y YO (Parte I)

EL LINFOMA HODGKIN Y YO 

Elizabeth de León

PARTE I

Todo empezó en 2016 empece a sentirme mal tenía algunos síntomas extraños como cansancio, falta de apetito, poco a poco me sentía peor, con el paso del tiempo consulte con muchos doctores, me hice una infinidad de exámenes y todo estaba bien nadie sabía que me pasaba ni siquiera yo.

Habían transcurrido 8 o 9 meses desde los primeros síntomas de la enfermedad, estaba agotada no sólo físicamente sino mentalmente de ir de médico en médico y no encontrar la respuesta a mi situación, ¿qué será lo que tengo?. Mi trabajo implicada visitar lugares rurales de mi país, el médico que me trata en ese momento me dijo veo la posibilidad de que tengas algún tipo de parásito de esos parásitos raros que salen en la tele, pero que él no me podía ayudar así que me refirió con una infectóloga.

En mi cita con la infectóloga me senté y empece a describir mi problema, en menos de 10 minutos ella me mira a los ojos, revisa mis estudios y me dice: vos no tenés un parásito lo que vos tenés es una afección respiratoria necesito que te hagas una placa de tórax y estos exámenes y regresa en una semana, así lo hice y al regresar vio la placa de tórax, mi pulmón salía afectado, tenía una gran mancha y me dice esta es una situación difícil te voy a referir con un médico que conozco porque creo que tenés tuberculosis y es urgente que te internes y te trates.

Ese mismo día llego al hospital y no sé, siempre he creído que soy una persona afortunada aunque suene chistoso, desde el inicio estando en urgencias todo fue favorable para mí, con la nota que me mandó la doctora me atendieron rápido llegué ahí a las 6 de la tarde y a las 2 de la mañana me dieron ingreso por la posible tuberculosis.

Estuve aislada una semana aproximadamente que fue uno de los momentos más difíciles porque todo mundo tenía que entrar con mascarilla para verme y me daba mucho miedo tener algo que pudiera contagiar a otras personas, cuando escuchaba que alguien entraría a la habitación corría a ponerme la mascarilla porque no quería saber que por un descuido mio alguien enfermera.

Tuve un excelente médico joven que no se daba por vencido me mandó muchísimos exámenes el no estaba de acuerdo con el diagnóstico de tuberculosis, descarto muchas probables enfermedades y afortunadamente tenía razón, no era tuberculosis.

Cuando el doctor del hospital planteó que podría ser posible que tuviera linfoma no me sorprendió, había leído anteriormente sobre esto. Necesito hacerte un examen de sangre, decidimos hacer este fuera por que lo necesitaban a la brevedad, para mi sorpresa este salió bien.

Su respuesta fue cerciorémonos, quiero hacerte una biopsia, está fue la bandera de partida para mi diagnóstico, ahí identificaron que tenía un linfoma hodgkin.

Me realizaron una tomografía y una radiografías y muchos exámenes más para hacer la estadificación y confirmamos linfoma hodgkin clásico estadio III B en tórax y abdomen, habíamos hablado que podían ser 3 ciclos de tratamiento, antes de la estadificación, en la cuarta quimio mi médico me dice vas a necesitar 12 quimios lo que son 6 ciclos.

En ese momento sentí que se rompió mi corazón, estaba ha tan solo dos quimioterapias de salir de todo, cuando en realidad me quedaban 8 tratamientos más, recuerdo que ese día llore como nunca en mi vida ya no quería saber mas del hospital mi espíritu se quebranto.

Fue ahí cuando tuve la crisis mas grande, me sentía mal física y animicamente, no podía comer, no podía dormir y sentía como mi cuerpo se deterioraba por la perdida de peso.

Aunque mi cuerpo se debilitaba con los efectos secundarios de las quimioterapias mi fe se fortalecía día con día y fue en este punto donde mis fuerzas me abandonaron y le dije a Dios en una charla sincera y desde el fondo de mi ser, no puedo hacer esto por mis propios medios, Señor haz en mi tu voluntad.

Elizabeth de León

32 años