Cuando dejas de vivir y comienzas a sobrevivir...

Quejarse es en vano, tenemos que aprender a mentalizarnos y aceptar cada cambio, cada dolor o cada reacción que pueda tener nuestro cuerpo a los pesados tratamientos pues al final ¿de qué nos sirve lamentarnos y llorar? eso no quitara el dolor ni mucho menos la

enfermedad, dar gracias el día que todo parezca normal porque no sabes cuándo eso cambiara y volverás a sentirte mal, es una montaña rusa de emociones tal vez hoy te sientes bien pero en 10 minutos y con unas palabras de tu oncólogo todo puede cambiar.

Aceptas el dolor como parte de tu vida ahora las inyecciones no te duelen más, la prueba de sangre se vuelve normal y no te hace ni cosquillas; Cada día es una nueva clase de la cual aprendemos que las pequeñas cosas que al parecer son insignificantes son las que más valen, cosas tan sencillas como poder bañarte y vestirte por ti sola, poder caminar sin depender de nada y muchas cosas que a simple vista parecen sencillas pero cambian tu vida de una manera impresionante, nunca me imaginé dar gracias porque pude bañarme sola o encontré una postura cómoda para dormir, vivir cada día sin pensar en el mañana se vuelve algo indispensable y cuando llegas a un punto rendirte no es una opción, piensas "he luchado tanto para rendirme hoy" y vuelves a sacar fuerzas no sé de donde para seguir luchando.

Las dudas te invaden, preguntas que nunca creíste hacerte dan vueltas en tu cabeza ¿amaneceré mañana? ¿Cuánto más tengo que sufrir? pensamientos que no deberían pasar nunca por tu mente son más frecuentes "Quiero morirme" "Dios mío llévame ya, ¿dónde estás?" "Dios no me ama me ha abandonado",  tu cuerpo se vuelve frágil con cada gota de medicamento que pasa por tu cuerpo pero al mismo tiempo tu mente se hace más y más fuerte porque cada gota es una esperanza para sobrevivir, la inevitable sensación de nervios cuando te van hacer una prueba y no sabes si dolerá y aun cuando el doctor te dice que no va a doler no puedes evitar sentirte ansiosa y asustada por lo que pasara a pesar de que has soportado cosas peores, una simple inyección  en algún momento te ha hecho llorar. By Lili Salazar