Libro "Ayúdame a Vencer el Cáncer" Capítulo 1-3

¡Grave error!

31 de Julio de 2010

En noviembre del año pasado comencé con una molestia en mi rodilla, no le tomé importancia creí que me había lastimado jugando fútbol o en la práctica con las porristas, pero conforme pasó el tiempo y vi que no se me quitaba, le comenté a mi mamá, ella me dio una pastilla y se me pasó el
dolor.

Semanas después el dolor regresó; pero ahora más molesto, así que nuevamente  le dije a mi mamá y me llevó al doctor.  El doctor me checó y mencionó que tenía que hacerme una radiografía y solo me puso una inyección para el dolor, que por cierto me dolió mucho. xD

Como el dolor se me quitó con la inyección ya no quise ir a hacerme estudios, ¡grave error!, pues semanas después regresó el dolor, y me volvieron a llevar, pero ahora con otro doctor.

Me hicieron radiografías y todo estaba perfecto, no salió nada; por lo que el doctor nos dijo que probablemente era una lesión de meniscos o de algún ligamento y que tenían que hacerme una resonancia. Nosotros no teníamos el dinero para hacer la resonancia, que en ese momento estaba un poco cara.

En fin, visité mil doctores y ninguno sabía decirme que era lo que tenía o por qué mi rodilla no se desinflamaba, hasta que llegamos al Hospital.  Ahí me hicieron estudios y todo salía negativo, pensaron que tenía una lesión y después lo descartaron; luego me sacaron líquido de la rodilla, porque lo tenía derramado y lo mandaron analizar. Todo salió negativo, así que me regresaron con el traumatólogo, para que checara otra vez si en verdad no tenía una lesión.

Nosotros nos desesperamos, ya tenía meses sin poder caminar bien y con dolores; entonces acudimos a una clínica privada, cuando llegamos el doctor me revisó y dijo: “Esto ya es de operar, sea lo que sea; tenemos que abrir para ver qué es lo que está pasando adentro”. Nosotros no sabíamos mucho sobre eso, por lo tanto accedimos y me operaron el viernes siguiente. La intención del doctor era arreglar alguna lesión, que era lo que todos pensaban, pero al abrir se dio cuenta que tenía un pedazo grande de membrana; así que lo que hizo, fue sacar una muestra para mandarla analizar y ver qué era lo que estaba pasando. 

Cuando terminó la operación el dolor era insoportable; me pusieron medicamento, pero nada me lo quitaba; me la pasé llorando. Los siguientes días fueron horribles, el dolor era tanto que no me dejaba dormir. Yo no entendía por qué, si solo me habían hecho dos pequeños círculos donde metieron por un lado una cámara y por el otro los instrumentos.

Conforme pasaron los días se fue quitando el dolor, pero no se desinflamaba la rodilla, el doctor nos había comentado que dentro de diez días estarían los resultados de los análisis, así que esperamos.

Cuando fui a que me quitaran los puntos el doctor dijo que ya podía ir a terapia para que pudiera volver a caminar,  yo me emocioné tanto;  ¡por fin después de tantos meses podría caminar otra vez! 

Recuerdo muy bien que mi mamá preocupada, le pregunto al doctor si podía ser un tumor y él con toda seguridad dijo: “no señora yo me hubiera dado cuenta; cuando abrí, el hueso estaba perfecto”, total nos tranquilizamos. 

Fue una negligencia médica lo que hizo ese doctor conmigo, no me tomó análisis antes de operarme y al abrir lo que hizo fue infectar mi rodilla. Tal vez el tumor pudo haber estado encapsulado y con una operación me lo podría haber quitado y no hubiera tenido que pasar por todo esto; pero Dios sabe perfectamente porque hace las cosas, él nunca se equivoca.

Nosotros perdonamos al doctor, nos aconsejaban que lo demandáramos, que fácilmente le quitaríamos  mucho dinero y su clínica cerraría; pero todos cometemos errores, así que decidimos hacer un pacto, si de todo esto, yo salía bien de mis dos piernas y podía volver a caminar, perdonaríamos al doctor y no haríamos nada contra él, claro que iríamos a verlo para decirle que cometió un error conmigo y para que no lo repitiera  con nadie más. 

Así pasaron los días y llegaron los resultados de los exámenes...