Alondra, mi gran milagro

Hola bendiciones mi nombre es Betty y quisiera contar la historia de mi chiquita "Mi gran milagro porque para Dios no hay nada imposible"

Ella es Alondra Acosta, cuando cumplió 1 año y tres meses le diagnosticaron cáncer en ambos riñones .... a mi se me cayó mi mundo en un segundo, ella es mi segunda hija (sólo tengo dos) pero decidí que necesitaba estar fuerte para ella y conseguir un milagro para alondra, convertir mis lágrimas en oraciones.

Alondra tenía 4 tumores en total, tres en su riñón izquierdo y uno grande en el riñón derecho. Con la ayuda que viene de lo alto "clama a mi y yo te responderé , te mostrare cosas grandes y ocultas que tu corazón no conoce" Jeremías 33:3, mi hija fue referida para cirugía al hospital St Jude (somos de Santo Domingo  República Dominicana.

Llegue a St Jude el 23 de marzo para su cirugía pero Dios tenía otros planes para mi bendición.

Los tumores eran resistente a las quimioterapia eran un tipo de cáncer extraño que se protegían de las quimioterapia la opción que me dieron era extirpar ambos riñones y dejar a mi pequeña en diálisis por 5 años para que pueda ser candidata de trasplante, recuerdo que entré lágrimas dije ya no puedo más vine tan lejos para escuchar tantas cosas terribles, pero a la vez me dije vine como aves a tierra extranjeras para ser bendecida.

Su caso fue enviado a todos los hospitales aliados y ellos todos dieron la recomendación de tratar con quimioterapia más fuerte para salvar parte de sus riñones y que mi pequeño milagro tuviera calidad de vida.

Y así mi niña se le creó un protocolo de quimioterapia y después de 35 fue sometida a una cirugía de 10 horas donde sacaron todos sus tumores, 15 días después recibió quimioterapia luego radiaciones y sus últimas quimioterapia.

Que les puedo decir, ella está bendecida prosperada y en victoria hace 7 meses, ya no más tratamiento y ella está curada.

Su sonrisa y su fortaleza me acercaron a Dios y al milagro que es mi pequeña gigante que nace cada día!

Tenemos citas cada tres meses en St. Jude pero estamos agradecidos de cada día, cada segundo ella nace de nuevo, mi chiquita hoy tiene dos años y 6 meses y es hermosa.

Las cicatrices que aún me hacen llorar me recuerdan donde estuve y a donde voy a dar gracias en todo momento y recordar que para Dios nada nada es imposible.

Espero con su historia iluminar otras vidas y que sepamos que para Dios nada es imposible. Un abrazo desde Santo Domingo