google-site-verification: google3952ff75c740a003.html Ayúdame a Vencer el Cáncer: “Te ves hermosa”… pero yo no me sentía así.

“Te ves hermosa”… pero yo no me sentía así.


Les compartimos un fragmento mas del libro "Ayúdame a Vencer el cáncer, Memorias de Lili Salazar"

“Te ves hermosa”… pero yo no me sentía así.
2 de Septiembre de 2010


A las dos semanas de recibir mi primer tratamiento de
quimioterapia mi cabello comenzó a caerse, recuerdo que
un día me desperté y al querer peinarme se vino un pedazo
grande de cabello.


Ahí me di cuenta que efectivamente como dijo el doctor
mi cabello comenzaba a caerse, al principio estuve tranquila;
se lo mostré a mi mamá, creí que se me iba a caer
sólo un poco; pero al día siguiente ya no podía ni tocarlo
porque se caía a pedazos, cuando me metí a bañar sólo veía
como los pedazos caían al suelo, comencé a llorar no quería
perder mi cabello, ese fue otro momento muy duro el ver
como se caía y no podía hacer nada.

Mientras estaba en la ducha me preguntaba otra vez ¿por
qué a mí? porque tengo que pasar por eso, no es justo;
tengo cáncer, no puedo caminar, he tenido que aguantar
la pesadilla de una quimioterapia y todavía se cae mi
cabello.

Me quise ir en ese momento subí la mirada y comencé a
gritarle a Dios que me rescatara, que no me dejara así, le suplique
que parara eso que si estaba en sus planes sanarme lo
hiciera ya y si no; que me llevara de una vez, le pregunte otra
vez ¿Por qué a mí? ¡Dime!

Recuerdo también que mi mamá estaba escuchando por el
pasillo pero no quiso acercarse, dejó que me desahogara,
aunque le partía el corazón escucharme hablar así; después fue
por mí y me sacó del baño.

Cuando salí de la regadera tuve que tomar una decisión muy
dura, mi cabello se estaba cayendo no podía dejarlo así, ya
había espacios solos, así que junto con mi mamá tomamos el
cepillo y comenzó a quitar todo; después, lo que quedó lo
quitó con tijeras, me la pasé todo el proceso llorando, no quise
mirarme al espejo porque sabía que me iba a poner peor,
cuando me calme un poco, agarré fuerzas y fui hasta el espejo,
me sentí un completo monstruo; obviamente comencé a llorar
otra vez, me deprimí demasiado; ese fue uno de los momentos
más duros de mi enfermedad, ella me abrazó y lloró conmigo,
me repetía: “Te ves hermosa”, pero yo no me sentía así. Lili Salazar (1993-2012)

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